Gotas de rocío


La vida se refleja en una gota de rocío,
llevando en su interior partículas que definen su existencia.

El cosmos se desprende en partículas de polvo,
llevando una guía hacia los viajeros perdidos,
indicando el camino hacia su destino.

Las células se contraen y se dividen,
compartiendo un secreto con bacterias perdidas,
bacterias melancólicas en soledad,
sin poder mirar a su alrededor y descubrir
la falsedad de esa afirmación.

En el viento se esconde el cosmos,
arrastra la vida,
arrastra el ser,
lo divide en partículas y lo vuelve a unir,
en nuevas formas de existencia perdida.

La lluvia cae sobre los cerezos,
llevándose la piel del tronco,
sembrándola en el suelo,
para hacerlo renacer.

La noche remarca su presencia en destellos de luz,
ampliando el panorama de lo incierto,
dándole paso a las escamas inquietas de la vida.

La luz se contrae,
la atmósfera se desprende,
constelaciones de polvo en el calor de la luz.

Explosiones mortales,
partículas viajeras,
células andantes,
y la vida reflejada en una gota de rocío.


Infusiones intergalácticas

Bitácora del viajero galáctico:

Día 567 del planeta Azul.
Estoy cansado, llevo una eternidad en el espacio, la monotonía hace que los colores de las galaxias me parezcan grotescos, siento que voy a vomitar estrellas, pero aún faltan varios planetas por recorrer y tiene que estar en alguno, lo sé, quiero tener esperanza porque si no, esto se vuelve una tortura.

Día 570 del planeta Azul
Estoy cerca del siguiente planeta, ya lo puedo divisar desde la ventana, parece un malvavisco gigante, aunque mis recientes experiencias me señalan que la apariencia es una tela muy frágil, espero no encontrarme seres bélicos como en el último planeta en el que estuve y que la comida sea un poco mejor.

Día 571 del planeta Azul.
Ya aterricé y todo parece normal, la tierra es blanca, afortunadamente los rayos de la estrella más cercana llegan atrasados, de lo contrario la luz me habría cegado. Por el momento todo bien, el agua es más densa, con un sabor agrio, pero no es tóxica, me alegra que sea así, ahora puedo llenar un par de garrafones por si acaso.

Día 580 del planeta Azul.
El malvavisco gigante resultó ser una tremenda decepción, todo estaba desolado, sólo había agua y plantas varias, pero ninguna como la que busco, de cualquier manera junté varios racimos, aunque no sé cuánto duren. Como sea, ya marqué la ruta a seguir, cambiaré un poco de dirección porque hay una lluvia de meteoritos cerca, el plan es seguir el curso de la constelación visitando el planeta principal de cada sistema solar, espero que le quede poco tiempo a este viaje.

Día 585 del planeta Azul.
La siguiente estrella está a cinco días más y el planeta principal está a quince días más, no sé si activar el sueño profundo o retarme para averiguar qué tanto puedo aguantar, ya no quiero ver el vacío constante ni los colores sublimes, ni las estrellas a lo lejos, lo único que quiero es encontrar lo que estoy buscando.

Día 599 del planeta Azul.
Tuve que ponerme en sueño profundo porque no aguantaba la desesperación ni la ansiedad, afortunadamente ya estoy cerca y el planeta que tengo por objetivo parece prometedor, de acuerdo a los registros que tengo, tiene demasiadas similitudes con el planeta Azul, por lo tanto, espero encontrar algún tipo de vida no hostil, además de agua y comida más decente de la que he conseguido.

Día 610 del planeta Azul.
Resulta placentero encontrar un planeta similar, hay cosas muy diferentes, claro está, pero por el momento todo ha sido próspero, los nativos están lo suficientemente civilizados como para recibir a un viajero espacial, además, mi cuerpo y mi mente se han adaptado de maravilla. La mejor noticia de todas es que, si bien dicen que el elixir fue reemplazado por otra bebida más fuerte y menos amarga, aún hay personas que lo preparan, por el momento tendré que recabar información para averiguar en dónde lo hacen.

Día 620 del planeta Azul.
He podido encontrar a alguien que se dedicaba al cultivo de la planta, pero me ha dicho que las condiciones del planeta han cambiado tanto, que la planta no ha podido resistir y mutó dejando atrás propiedades básicas; en resumen, malas noticias, el elixir aquí ya no existe, tendré que seguir buscando.

Día 621 del planeta Azul.
Me han dicho que hay un planeta en un sistema solar joven, lo cual es peligroso porque las formas de vida tienden a estar en una etapa muy atrasada de civilización, además los científicos que estudian el planeta habitado detectaron que está en un punto crucial en el que podrían extinguir al planeta. Me han dado los planos, pero no sé si arriesgarme.

Día 630 del planeta Azul.
Me he arriesgado a ir a aquel planeta, estoy a cinco días de llegar, estoy preparado para todo.

Día 635 del planeta Azul.
Acabo de aterrizar en el satélite más cercano, me dispondré a acercarme ahora sin nave, es mejor que no haga tanto alboroto cuando entre a su atmósfera.

Día 640 del planeta Azul.
El planeta es sumamente extraño y no he podido adaptarme, no he podido encontrar concretamente lo que busco porque no encuentro la forma de comunicarme con los otros, no leen los pensamientos, tampoco interpretan emociones, aún se comunican con sonidos, afortunadamente mi apariencia es igual a la de ellos, así que no se han dado cuenta que no pertenezco a este planeta.

Día 641 del planeta Azul.
Al fin lo he encontrado, el elixir es una bebida altamente consumida aquí y a pesar de los defectos de esta civilización, los sabores ha sido maravillosos. No estoy seguro de cuánto tiempo pueda soportar estas precariedades pero el sabor lo vale, además, lo que decían es cierto, al sorber un poco ya puedo sentir mi cuerpo funcionar de mejor manera, la vista ha mejorado igual que el tacto y mi piel va cambiando de color, me siento mejor, me gustaría llevar esto a casa.

Día 645 del planeta Azul.
Tengo que tomar una decisión, ya he experimentado mucho con la planta, con la semilla, con la fruta, pero no resiste ninguna prueba e inevitablemente morirá si la saco de aquí, que irónico que el elixir para mejorar nuestra vida provenga de civilizaciones antiguas a las que no podemos acceder con tanta facilidad. No sé si quedarme o irme sin la planta.

Día 655 del planeta Azul.
Me he quedado, no hay más. Regresaré a la nave para ponerla en hibernación y así la pueda conservar otros 1000 días, que aquí llaman años, quizá este planeta no dure tanto, pero por el momento seguiré mis planes de experimentación para encontrar una manera de sacarla de aquí y llevar el elixir divino a mi casa, que, me enterado recientemente, aquí lo llaman café.

Ataque


Los colores suenan aislados,

la sangre bombea,

〈canta,

se repite la estrofa,〉

el ritmo de la sangre hincha los ojos

y se convierten en un par de pelotas rojas,

〈arde,

duele,〉

el bombeo de la sangre no cesa,

〈no deja,〉

no concede descanso

ni el paso de la respiración

la cabeza también cede

y se hincha

y flota en el espacio,

〈absurdo,

irreal,〉

el cansancio se asoma,

acaricia los ojos llenos de sangre

〈interminable〉

pero el corazón no para,

la sangre sigue,

〈sube,

baja,〉

se traslada al resto del cuerpo,

pero ya no se siente nada,

sólo la presión de los ojos

y el cansancio en la cabeza.


Insomnio


Te miran las estrellas desde arriba
indiscretas hurgan en tu vida
hasta disolver el sueño.

Los pasillos interminables
de tus pensamientos
y el divagar
de tu cerebro

entre raíces blandas
persigues las conexiones
hasta ahogar el tumulto.

La tierra se abre debajo tuyo
los olores te persiguen
hasta impregnar tu piel.

La piel sedienta
los dedos cansados
el pasar de los instantes
a través del tiempo

y en tus ojos estancado
alcanzando los hilos
de tu consciencia
una plegaria a Morfeo.

El viento se agolpa en las ventanas
azota el frío en tu cuerpo
estiras la mano ingenua
para desvanecer la luz de tu pelo

pero el cansancio sigue
y mantiene tu cuerpo
entre la realidad
y el sueño.